en la brisa de tu voz que me devasta.
Ya no insisto en romper
los muros,
en deshelar tus manos,en quebrantar en gotas de cristal las flores
porque a lo lejos
me consuelan
un montón de
árboles blancos.
Árboles que arrojan
pétalos al cielo,
que son espejos,que son recuerdos,
que son tus besos,
que son ilusiones
frescas,
de una juventud
impaciente y desquiciada.
Árboles de flores con
alas
que me liberan de tu
mirada negra, enigmática;
ahora hueca,
delirante, desalmada.
Y sangro a mordidas
los vuelos de las garzas
que desmoronan y abandonan
ensañadas
atrás se queda tu
cautivante mirada
tus ojos negrosque no me dicen nada.
En el viaje de algunos sueños. Año 2009
Fotografía de Esmeralda Itzpapalotl
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