salpican luz palpitante
los hijos del sol
y en algún
instante
me percaté del
atraso y quise fingir que el tiempo esperaría…
Pero el tiempo
no esperó
estuvo ausente
como tú,estuvo tan frío
tan distante
tan ajeno
como tú.
Y justo cuando
las estrellas brillaban más
justo cuando
salpicaban mis ideasaterrizó un ave negra
y quise parecerme a ella.
Transmutar en
los lagos, justo ahí
en el claro de
la brisa, en la tibia neblina.
Y en algún
instante
volverme negra y
ermitaña.
Pero el tiempo
no esperó
tan desatinadoque justo cuando las chispas me alcanzaban
me dijiste ya es tarde,
debemos volver
y ya no dejaste transformarme
enigmática y de plumas brillantes…
Y vuelve hacia
atrás en sueños
y vuelve al
lago oscura, deslumbrante, libre… un ave.
Trece miquiztli
Año once conejo
Fotografía de Esmeralda Itzpapalotl
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